Vine a mirar clarito
con tus ojos de espejo,
antes que tú amanezcas
en las noches de luna;
a las nuevas locuras
de caricias amantes,
florecidas despacio
en ti tierra prometida.
Vine a mirar clarito
palmo a palmo tu piel,
la alegría que regalas
en esta luz bendita
que destila tu cuerpo
desnuda y en el lecho;
celestino guardián
de nuestros cuerpos.
Dibujarán mis manos
mágicas ataduras
aferradas a tu alma
en las noches de luna,
de caricias amantes
descritas en mis dedos;
alegría que regalas
para mirar clarito.
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